Mi vida ha sido grandiosa no porque sea perfecta, sino porque me doy cuenta de cómo se ha ido construyendo uno a uno sus capítulos y me encanta lo que tengo ahora, además de que siempre me he sentido muy consentida y protegida por Dios. 

 

Mi padre ateo y con alma de guerrillero, idealista a más no poder y mi madre católica pero con el don de la sanación, la videncia y la manifestación hizo que desde pequeña me pusiera a pensar, a observar, a preguntarme muchas cosas y a querer saberlo todo.  

 

También he tenido pérdidas que pensé que jamás superaría, mi abuela materna fue la primera, mi padre justo antes de terminar mi preparatoria, años después mi primer divorcio, un par de fallecimientos más, un par de secuestros y otro par de divorcios.  En fin he tenido temas en los cuales he podido aplicar lo aprendido.

 

Un día reflexionando sobre todo esto encontré la Bioneuroemoción porque pensé que ya era momento de cortar de una vez por todas con algunos temas que habían quedado pendientes; lo cual me llevó a finalmente tomar la formación en Bioneuroemoción con Enric Corbera.

 

Lo que quiero transmitirte es que todo lo que te pasa tiene una explicación, una causa y un propósito.  La causa siempre es ego, pero tú tienes el poder de transformar su propósito en algo amoroso, donde no haya miedo, ni culpa; mi trabajo personal ha sido un viaje por ese camino y aunque aún estoy ahí, entiendo que el camino es lo que hay que disfrutar, cada momento, sus olores, sus sabores, sus texturas, su magia. 

 

He dejado de desperdiciar mi tiempo y he decidido disfrutarlo y dejarlo ser.  Sin duda todo lo que he aprendido me ha ayudado y no puedo más que compartirlo de todas la maneras en las que me sea posible, he entendido que mi paz depende de mí y si puedo inspirarte a transformar tu vida, en crearla más libre, feliz y plena entonces será maravilloso poder compartirlo.