Capítulo 7. Los regalos del Reino
Sección VIII. La creencia increíble
La mente tiene una ley fundamental: O extiende o proyecta. Así fuiste creado y creas, por otro lado así el ego mantiene lejos lo que no desea; depende de ti cómo utilizas dicha ley. Tú eres quien le da existencia al ego a través de tu atención y creencia en él y la estrategia del ego para perpetuar esto es proyectar el conflicto fuera de ti para que creas que te has librado de él.
En la proyección hay dos errores fundamentales:
1. El conflicto no puede ser proyectado porque no puede ser compartido.
2. No puedes deshacerte de algo que no desees dándoselo a otro, porque así es precisamente como lo conservas, además las ideas no abandonan su fuente.
El ego es una creencia y el resultado de la aplicación incorrecta de las leyes de Dios. La mente está naturalmente unificada pero el ego cree que puede fragmentarla entonces intenta proyectar fuera de sí el conflicto, sin embargo, esto no puede ser posible. Por lo tanto no le tengas miedo al ego puesto que puedes desvanecerlo si dejas de creer en él, al hacerte responsable de tu creencia en él y del error que has cometido el siguiente paso inmediato que debes dar es entregarlo al Espíritu Santo para que sus efectos desaparezcan de la Filiación y de tu mente.
El Espíritu Santo está para enseñarte a percibir más allá de esa creencia increíble, tus percepciones están basadas en esa creencia por lo tanto no tienen sentido y te puedes deshacer de ellas cuando lo desees, Cuando crees lo increíble sostienes al ego pero al aceptar la Expiación para ti mismo aceptas también la fortaleza del Todo en tu corazón y tu mente así como Su plenitud.
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