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Capítulo 6. Las lecciones del amor

Sección III. La única respuesta

Para cualquier pregunta que te formules existe una sola respuesta a la que puedes recurrir para mantenerte enfocado y una sola solución que puedes utilizar para todo, lo cual simplifica todos tus esfuerzos y los canaliza para hacerlos más eficientes en el proceso de sanar tu mente y restituirla a la mente Uno. 

El ego sabe que no forma parte de ti y sospecha que algún día actuarás en su contra y tiene toda la razón pero no en el sentido en el que él lo concibe a modo de venganza y traición, sino que en realidad él no forma parte de ti porque ni siquiera existe salvo cuando tú le prestas atención, tú no existes debido a tu ego, él existe porque tú le das vida.  No sucede lo mismo con Dios y tú, Él te creó como parte de sí mimo y esa es la razón por la cual tú eres Real. 

En tu estado natural (sin miedo) no tienes necesidades ni te haces preguntas porque las preguntas implican que hay algo que no sabes, es decir que careces (de lo que sea) y eso no es lo que te define; en tu estado natural gozas de certeza, integridad y plenitud.  Si lo vives diferente es porque te has dejado engañar por la mente del ego y has estado equivocado con respecto a quien eres, crees que eres ego/cuerpo y no Amor/Espíritu.  El ego necesita hacerse preguntas porque no sabe ni tiene certeza de nada. 

El Espíritu Santo es la única respuesta que dio Dios a la loca idea de creer que algo te falta.  El ego no puede escuchar la voz del Espíritu Santo pero tú sí.

Dios confía en ti plenamente y sabe que lo elegirás a Él así que no tiene nada de qué preocuparse ni tampoco duda de ti; Él colocó todo Su Ser en ti y te dio al Espíritu Santo para que te guíe y te muestre una manera diferente de interpretar todo sólo mientras sigas engañado por las ilusiones del ego.

A modo de ejercicio plantéate 5 problemas que estés convencido que tienes y ahora pon todo tu empeño en reconocer que eso sólo lo crees porque percibes sin amor y porque crees que estás separado de Dios; si realmente creyeras que Dios está en ti y tú en Él pondrías en duda todos tus problemas y ellos desaparecerían.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Así que ahora imagina que el Espíritu Santo te responde así:

“Eres una criatura de Dios, una parte de Su Reino de inestimable valor que Él creó como parte de Sí mismo.  Eso es lo único que existe y lo único que es real.  Has tenido un sueño en el que has tenido pesadillas, pero el sueño no es real y Dios te exhorta a despertar.  Cuando le oigas no quedará ni rastro de tu sueño porque despertarás.  Tus sueños contienen muchos símbolos del ego y éstos te han confundido.  Eso se debe, no obstante, a que estabas dormido y no te dabas cuenta de ello.  Cuando despiertes, verás la verdad a tu alrededor y dentro de ti, y ya no creerás en los sueños porque éstos dejarán de ser reales para ti.”

Siéntelo y créelo con todo tu corazón y disfruta de esa paz.

Por Caanly Hernández Galán

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