La incertidumbre no tiene nada que ver contigo forma parte de la vida y como tal hay que comprenderla y aceptarla, aceptar que de lo único que podemos tener control es de lo que sucede en nuestro mundo interno, de lo que sucede fuera de ti es imposible tener certezas.
Lo que sí se puede hacer y conviene que lo hagas es planear y organizar tu vida, en torno a lo que debes y quieres hacer, a lo que es bueno para ti y para el entorno en el cual te desenvuelves, el resto consiste en aprender a soltar, a apreciar y agradecer lo que tienes en el presente, a tener expectativas positivas, sí, o sea esperar siempre lo mejor, pero disfrutar el proceso más que el resultado, a vivir el camino, sabiendo que nada es para siempre, lo bueno termina pero lo malo también; pero lo bueno y lo malo tiene que ver con el mundo que percibes, finalmente es una interpretación que haces de lo que vives, de lo que experimentas, y si bien no puedes controlar lo que sucede fuera de ti, sí puedes hacerte cargo de la interpretación que haces del mundo que ves y de tus experiencias.
Nadie nace sabiendo hacer todo esto, esto es algo que se aprende con el tiempo, no tenemos la libertad de elegir lo que vamos a vivir pero sí la tenemos al respecto de cómo vivimos lo que nos pasa; y puedes aprender a interpretar todo de tal manera que te ayude a mantenerte en paz, tranquilo y con una sensación de libertad, te mereces vivir y no sólo sobrevivir.
Tu historia no termina hasta que te rindes y te mereces vivir una vida plena sin desasosiego ni con una ansiedad y estrés que te rebasen. Las crisis también forman parte de la vida y es justo en época de crisis personal, familiar, social o mundial que corremos el riesgo de que la incertidumbre nos invada, pero también podemos aprender a gestionarla, el aprendizaje lleva tiempo, paciencia sobre todo cuando la lección es difícil o muy dura, resistencia y por supuesto motivación; es más fácil estar motivado cuando tu autoestima y tu autoconcepto son fuertes, tienes claridad en tu propósito, es decir tienes un para qué continuar, un motivo para permanecer en calma y continuar.
Cuando hay incertidumbre, no sabes lo que viene, no hay claridad de nada, es como estar en un cuarto oscuro y no poder ver nada; pero en realidad siempre estamos bajo las mismas condiciones, nunca sabes con certeza lo que viene, simplemente en tu experiencia no hubo contradicción entre lo que esperabas y lo que sucedió; así que lo que sí puedes hacer es poner tu mejor actitud y confiar en el camino, en el proceso.
Te comparto 6 consejos para aprender a gestionarla:
1. Aprende a desacelerarte, a recuperar tu paz; esto se logra a través de la respiración, la meditación y la visualización. En tiempos de crisis es complicado aprenderlo pero no imposible, comienza por ejercicios de relajación sencillos y breves y de ahí aumenta el grado de dificultad y extiende el tiempo que le dediques.
2. Acepta a la incertidumbre, siéntela, reconócela y abrázala; forma parte de la vida que estás viviendo; quizás te obligue a ir más despacio, quizás a detenerte, pero eso tampoco es malo, en la medida en la que lo aceptes podrás reconocer el aprendizaje que la incertidumbre te trae a tu momento presente.
3. Planea y organiza tu día, tu mes, tu año, tu vida; ten metas y sueños y céntrate en lo que sí puedes hacer ahora; disfruta el proceso y desapégate del resultado; sólo te tienes a ti mismo.
4. Ten buenos y sanos hábitos, que proporcionen a tu vida la certidumbre suficiente para mantenerte con fe, esperanza y confianza. El tener hábitos, una disciplina y una rutina te brinda la sensación de tener el control de algo porque dependen totalmente de ti.
5. Piensa en el desafío que representa para ti la situación actual que te hace sentir con incertidumbre, indaga dentro de ti y pregúntate ¿Para qué estoy pasando por esto de la manera en la que lo estoy haciendo? ¿Qué representa para mi? ¿Qué miedos despierta? Encontrarás información valiosa que podrás utilizar para enfrentar mucho mejor estos momentos.
6. Por ultimo, acepta desde el corazón las sorpresas que la vida te regala, recuerda que aunque no sean lo que esperabas, confía en que son exactamente las que necesitas para crecer y fortalecerte. No las lleves a la razón porque ahí no tendrán explicación, te llenarás de confusión y perderás tiempo tratando de encontrarla.
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