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Foto del escritorCaanly Hernández Galán

Cómo lidiar con la culpa


Todos hemos sentido culpa alguna vez en nuestra vida y generalmente la culpa sucede después de haber hecho algo fuera de alguna ley; la tuya, la de tu familia, la de la sociedad, la de tu religión; claro no sólo es por alguna acción sino también por pensar, sentir o desear algo fuera de algún orden impuesto o supuesto.

Sin embargo, si lo desmenuzas un poco más, hay un deseo detrás; un deseo que te lleva a ver el lado positivo, y por lo tanto lo justifica y lo valida. Ese deseo viene de una sensación de que te mereces aquello que deseas, como si con ello pusieras todas las piezas en su lugar, y por un momento te conviertes en visionario y juez de todo lo que sería justo y procedente.

Todo comienza y termina bien si te quedas en que lo que deseas te lo mereces; pero como siempre y en todo, el juicio, es decir tus justificaciones y razonamientos es lo que descompone todo, lo fragmenta y hace que tu visión sea igualmente dividida y dual; con una visión de este tipo jamás podrás ver todo el panorama completo.

Pero la respuesta jamás estará en el razonamiento pues este proviene de una mente que, sometida a un cuerpo y sus percepciones siempre será parcial y demasiado limitada. Por lo tanto, la respuesta será acertada si le sigues la pista a tu intuición, pero debe ser paso a paso; de lo contrario corres el riesgo de que el juicio fragmente tu voluntad al haber tomado la (acertada) decisión de seguir lo que sientes.

Observa con atención y si cuando sientes culpa es porque tu intuición está en desacuerdo con las normas de "allá afuera" no lo dudes. Tu intuición te dirá con claridad lo que hacer en cada paso que des, quizás no te de la visión de todo el panorama completo, pero eso no debe importarte pues lo mejor que puedes hacer es vivir en el aquí y el ahora, que es lo único que tienes. Esto no quiere decir que no puedas hacer planes, sino que puedes ser flexible y estar atento a ti mismo en todo momento.

Es cierto que la culpa te lleva al conflicto, pero también te lleva ahí el no seguir tus sueños, no ser tú mismo, ni dejar en libertad las cosas. Reconcíliate contigo mismo, date la oportunidad de conocerte, de ser lo que eres en libertad, de cuestionar todas tus convicciones y creencias pues no son ellas las que te limitan sino tu renuencia a dejarlas ir.

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