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Foto del escritorCaanly Hernández Galán

Cuando duele el alma

El dolor emocional no siempre es fácil de manejar, disminuir o ya no se diga desaparecer, cuando lo logras lo más probable es que tienes una muy bien entrenada capacidad de resiliencia y además interpretas ese dolor de una forma productiva y positiva, lo cual indica que si estás experimentando dolor emocional actualmente necesitas indagar cómo andas en ese par de habilidades.



El mundo que vemos es finalmente una imagen externa de una condición interna, o sea que tu discurso acerca de lo que vives a diario, lo que publicas en redes sociales, las personas de quienes te rodeas, los hábitos que cultivas y tus decisiones en general dan cuenta del marco de referencia o el mapa del cual partes para rodearte de todo ello y mantenerlo en tu vida; así que, obsérvate y escúchate para que comiences a encontrar respuestas y puedas hacerte cargo de ese dolor.


Ahora te voy a compartir 5 pasos para que aprendas a manejar mejor ese dolor que aqueja a tu alma:

1. Acéptalo. La aceptación es siempre casi la mitad del trabajo o más, porque es lo que te permite el cambio y el aprendizaje de nuevas pautas; la aceptación implica rendición y rendirte te conduce hacia una nueva perspectiva de tu problema para encontrarle una solución creativa o una salida que mejore tu vida.

2. No tengas miedo de sentir dolor. No es agradable, pero esa no es razón para evitar, rechazar, negar o reprimir lo que sientes. Siéntelo, deja de pensar y verás que solito pasará.

3. Obsérvalo. Hazlo sin identificarte con él, tú no eres ese dolor, ese dolor que experimentas es temporal y tú estás por encima de todo. Así que la próxima vez que te sientas rebasado, ya sabrás qué hacer.

4. No lo juzgues ni te juzgues. Sólo describe lo que te está pasando, lo que estás sintiendo, la manera en la que reaccionas y ante qué estímulos, ponlo todo sobre la mesa y se muy honesto.

5. Permítele al dolor expresarse. Esto lo puedes hacer de manera verbal frente al espejo o con algún amigo que te escuche o bien puedes escribirlo. Si el dolor persiste, proponte escribir o decir frente a un espejo todos los días de preferencia a la misma hora durante unos minutos (5 o 15 minutos) todo lo que sientes, con total honestidad y con el corazón abierto. Al finalizar, hazte el propósito de no volver a tocar el punto durante todo el día sino hasta el día siguiente, para tal efecto, puedes distraerte con lo que quieras: platicar con un amigo, cocinar, meditar, cantar, tomar alguna clase o curso que tengas pendiente, lo que sea menos volver a pensar en lo mismo.


Lo que sientes es temporal, si lo trabajas de manera adecuada, en un futuro mirarás en retrospectiva y te darás cuenta que todo habrá pasado y ahora eres más fuerte y más resiliente.


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