Como en todo hay niveles, puede ser que estés pasando por un mal momento, alguna crisis o pérdida significativa y sea debido a eso que te pongas negativo ante el futuro o que exista alguna posibilidad de que las cosas sean favorables. O bien, que ya estés pasando no por un periodo o etapa sino que de manera crónica tu visión de la vida sea negativa y que sólo le veas el lado oscuro a las cosas, que cuando conozcas a alguien le veas únicamente o preferentemente sus defectos o esperes que las cosas salgan mal como inevitablemente crees que sucederá. En el primer caso, es cuestión de tiempo para que vuelvas a la normalidad, en el segundo lo más recomendable es que busques ayuda porque las cosas sí pueden ser diferentes.
En ambos casos, puede ser que exista ansiedad, depresión o incluso algún comportamiento obsesivo-compulsivo detrás, sin embargo, no hablaré sobre ninguno de esos padecimientos por el momento sino únicamente de ese aspecto que estoy segura que ya tienes identificado en ti y que no te permite disfrutar de la vida ni de esos momentos agradables y satisfactorios que por supuesto que te suceden.
Al margen de la causa que esté detrás del mal hábito de ser negativo, todo hábito puede modificarse y transformarse basta de tu convicción, disciplina y enfoque que la mayoría de las veces tienes cuando estás motivado y has tomado la decisión de cambiar.
Así que, por supuesto que no se trata de una fórmula mágica ni lo vas a cambiar de la noche a la mañana, es muy probable que te tome meses o incluso años el comenzar a ver el lado luminoso a las cosas, el pensar más positivo y no ser tú el tóxico de la relación o del grupo de amigos. Sin embargo, te aseguro que valdrá totalmente la pena, puesto que te sentirás tan energetizado y lleno de vida que sentirás que esperaste mucho tiempo para cambiar.
Realiza esto a diario:
Ante cualquier pensamiento catastrófico o negativo, pregúntate ¿Qué es lo peor que puede pasar? Está comprobado que la mayor parte de nuestros pensamientos negativos jamás sucederán y lo que sí sucede es completamente remediable o con consecuencias muy manejables. El miedo hace que veamos con una lupa negativa un futuro aún más desagradable.
Practica el anteponer la palabra (conjunción) "pero" después de tu visión negativa de las cosas para que ejercites a tu mente a considerar el lado positivo de cualquier cosa que te pase o de las personas que te rodean, incluyéndote a ti mismo. Por ejemplo: "Amanecí con una ojeras horribles, me veo espantoso y todos me van a criticar, pero me pondré un anti inflamatorio, (me voy a maquillar) y daré mi mejor sonrisa a todos hoy."
Todo tiene su lado bueno y malo, vivimos en un mundo dual así que ni todo es completamente bueno ni todo es completamente malo, así que después de dar tu punto de vista negativo, entrena el hábito de ver el lado positivo, toma lápiz y papel y escribe lo que sí hay, lo que sí tienes, con lo que cuentas, los recursos o el desafío que eso representa para ti. Esto te ayudará a creer más en ti, a confiar en la vida, en tener una idea realista de las personas, o sea no pesimista ni catastrófica o idealista, sino realista.
Ante las cosas que te suceden, pregúntate ¿Qué tiene esto de bueno? ¿Cuál es el beneficio que esto traerá a mi vida? ¿A qué me enfrenta? ¿De qué manera esto me convierte en una mejor persona? Si es posible o necesario pregúntale (sin discutir ni objetar) a alguien que sepas que te puede ayudar a ver algo que no has visto e intenta ver con los ojos de alguien más ese suceso.
No se trata de que te conviertas en alguien enfermizamente positivo, o sea que niegues que las cosas desagradables pueden pasar, de hecho alguien sanamente positivo, toma en cuenta lo negativo para prevenir o encontrar alternativas o recursos para afrontar lo que pueda presentarse; pero su enfoque es positivo, o sea hacia lo que puede obtener, lo que puede aprender o aportar y disfruta el proceso como una aventura y aprovecha el aprendizaje que las experiencias le traen.
¿Te animas?
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