Estamos hechos de hábitos, no sólo en el comportamiento sino también en las emociones y en patrones de pensamiento; nuestra cotidianidad está llena de ellos, buenos o malos los has formado a través de la repetición de manera consciente o inconsciente, están ahí y los sigues sin cuestionarlos aunque no estés de acuerdo con ellos y han forjado tu personalidad y carácter como hasta ahora los conoces. Parece que estás esclavizado a ellos porque aunque quisieras cambiarlos estás convencido que fuerzas externas a ti les impide desaparecer. Pero no es así.
Frases como: "Me gustaría levantarme más temprano pero no puedo despertar", "Quiero hacer ejercicio pero no tengo tiempo", "Se que pasar más tiempo con mis hijos cambiaría muchas cosas en mi familia pero tengo que trabajar", "Quiero aprender a manejar pero me da mucho miedo". Todas estas experiencias son producto de un conjunto de malos hábitos que has ido aprendiendo de tus padres o bien has aceptado como si fueran más fuertes que tú.
Si te cuesta trabajo detectarlos piénsalo en términos de metas, anota en una hoja:
1. Por ejemplo si quieres bajar de peso, ser feliz, mejorar tu relación de pareja o tu salud.
2. Después anota el plan que tienes para lograrlo, te vas a dar cuenta de la cantidad de cosas que haces en contra de ello, esos son tus hábitos.
Otra manera de descubrirlo es preguntándote ¿Qué es lo que me impide lograr lo que quiero?, mientras más te hagas esta pregunta a manera de desmenuzar todas "tus razones" más información vas a obtener acerca de la cantidad de malos hábitos de todo tipo que tienes.
No digo que cambiarlos sea fácil, pero nada que valga la pena lo es y tampoco lo es al principio de nada, sin embargo debes cumplir con estos sencillos requisitos previos para emprender la tarea de modificar o adquirir uno nuevo:
1. Debes estar convencido y decidido.
2. Tener un plan.
3. Seguir los pasos como lo planeaste cada día como si fuera el primer día.
Cuando te sientes frustrado porque no has logrado algo es porque has dejado de ser consistente en alguno de estos pasos, porque precisamente es ello lo que te impide consolidar tus metas. Pero lo peor que puedes pensar es que hay algo externo a ti que te lo impide, tu vida y sus cambios siempre dependen de ti y sólo de ti.
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