Es un término que usamos para describir estados emocionales muy variados que te indican que estás rebasado por las circunstancias de vida que has generado o que has permitido que sean como son ahora para ti.
Un poco de estrés no es malo, si tuvieras cero estrés no tendrías ninguna motivación para conocer y aprender cosas nuevas ni para salir de tu zona de confort; por ejemplo, imagina que todo en tu vida va excelente, fluye de maravilla y así lo disfrutas durante un tiempo hasta que comienza a aburrirte lo cotidiano y entonces buscas consciente o inconscientemente la manera de introducir algo que rompa la rutina; el aburrimiento ocasiona el suficiente estrés como para hacerte mover de donde estás; y ni qué decir del matrimonio, la cotidianidad al respecto de la crianza de los hijos o de los cambios propios del crecimiento como los que suceden en un adolescente, en una persona después de los 30 o de los 40, edades que, debido al reloj biológico afecta en menor o mayor medida a hombres y mujeres y de diferentes formas.
Te comparto algunos tips que requieren de ti que tomes un tiempo para reflexionar sobre tu vida actual, sobre todo si estás pasando por un estrés al que no le ves salida, tomar decisiones implica cambiar el rumbo de tu vida y eso es justo lo que te pide el estrés.
1. Prioriza. No es lo mismo si sólo la haces mental, así que date un tiempo y saca lápiz y papel para anotar tu lista de prioridades en la vida. Primero hazlo por sectores como: familia, dinero, salud, conocimiento, etc. Después toma cada uno de esos sectores y describe las actividades que cada uno te requiere, por ejemplo: Familia: cena diaria en familia, el partido de mi hijo, charlas con cada uno de los miembros de mi familia, etc. Finalmente relee todo eso, se súper realista y enumera con una pluma de color tus prioridades actuales, a lo que le das más tiempo actualmente; al terminar, checa si es eso lo que realmente deseas, y date la oportunidad de enumerar con una pluma de diferente color tus actuales prioridades.
2. Organízate. Para ser sinceros, o tienes tiempo muerto en tu día o bien te estás excediendo más allá de los límites que cualquier ser humano equilibrado puede tener. Asegúrate de tener en un mismo día un tiempo para alimentar y nutrir todos los aspectos importantes para cualquier ser humano: el cuerpo, las emociones, la mente y el espíritu. Primero deja espacio y tiempo para lo más importante en tu vida y que ya habías dejado definido en el primer paso, después ve llenando los huecos con lo menos importante. Hazlo de preferencia en un horario semanal, como los que utilizabas en la escuela y déjalo en un lugar visible.
3. Mejora tus hábitos. Deja atrás los hábitos que están drenando tu energía, tu tiempo y tu paz y modifícalos por hábitos más sanos y acordes a tus prioridades actuales y que benefician a tu nueva organización. Incluye todos aquellos ejercicios y alternativas que te permitan vivir con más equilibrio, como dejar amistades nocivas, hacer ejercicio, dormir más, leer o meditar.
4. Desecha lo que ya no te sirve. Haz una revisión de tu salud física, de tu estado emocional y psicológico y comienza por desechar las cosas, entre ropa, muebles, utensilios de cocina y demás chácharas que has dejado de usar, haz como hacen los chinos y deja solamente lo que está en uso, porque te es útil actualmente y porque aún funciona. Realiza lo mismo con tu estado emocional y psicológico ¿Qué emociones debes dejar en el pasado? ¿Aún sientes resentimiento, nostalgia, miedo? Deja ir a lo que ya no te es útil ni te funciona, busca alternativas para lograrlo, desde asistir a psicoterapia, tomar algún curso o leer un buen libro que te guíe en ese sentido.
El propósito es viajar más ligero de equipaje, soltar lo inútil y avanzar con fuerzas y motivación renovadas; no demores en hacerlo!!
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