La necesidad de controlarlo todo está directamente ligada al miedo, porque sólo cuando tienes miedo tienes necesidad de controlar. Ni la confianza ni el miedo provienen de afuera, es decir, nada en el mundo puede darte o quitarte confianza ni miedo porque siempre terminas viendo lo que quieres ver o mejor dicho lo que estás programada para ver.
Cuando hablamos de programas mentales, hablamos de toda la información que está en el inconsciente, ya sea en el colectivo, social, familiar o personal, todos se basan en el miedo puesto que se apoyan en la necesidad fundamental de supervivencia; lo cual no tiene nada de malo; pero sí resulta interesante notarlo.
Así como un programa de computadora, las programaciones mentales están hechas para solucionar algo, para evitar un problema o bien para simplemente funcionar en la sociedad por eso cuesta tanto trabajo cambiarlas porque siempre que perdemos algo queda un hueco a llenar ¿Pero qué pasaría si no llenaras ese hueco? ¿Conocerías algo diferente que no tienes ni idea de que esté ahí? Quizás sólo quede un espacio libre, y probablemente sólo sean palabras pero sería libre, libre de todo lo que en el universo haya que ajustarse. De cualquier manera eso genera un poco o mucho de angustia y estrés, es ahí donde entra el miedo como el salvador que toma el control para que no te angusties y sobrevivas.
A partir de esos espacios vacíos es que inician nuestras búsquedas personales para encontrarle un sentido a nuestra existencia, un propósito, pero ¿Y si no hay nada que buscar afuera? Si todo ya está en ti, entonces el control/miedo sólo lo estaba ocultando; de ser así no hay necesidad de buscar más sino de dejarlo ser.
Para dejar que todo sea tal y como es, debes aprender a dejar que fluyan las relaciones, los sucesos, tus emociones no sin hacer nada, sino sin hacer algo para detenerlas. Entiendo que justo en este punto mil ideas surjan en tu cabeza, imagino que son como los jueces en un salón inglés de principios del siglo pasado; esas ideas son todos tus juicios, que finalmente son ideas nada más y que si las observas por unos segundos te darás cuenta de que están basadas en el miedo.
No se trata de liberarte de todas ellas de un jalón y de una vez por todas, sino de contemplarlas y hacer el ejercicio de no implicarte de no dejarte llevar por ellas en este momento, de ser un observador de ti mismo por unos instantes y practicar hasta que te sientas listo para dejarlas ir y como en todas las historias verás que el amor tomará el lugar de esas ideas que antes querías controlar.
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